>> SIMPLES CONSEJOS PARA EVITAR LESIONES...

Pequeñas y sencillas medidas de prevención, evitan el riesgo de lesiones, y por consiguiente de suspender el programa de actividad física, que podría dar como resultado un retroceso en tu búsqueda de una mejor condición física o de una pérdida de peso.
El inicio de toda actividad física o práctica deportiva siempre debe ir precedida por una adecuada entrada en calor, aunque sea de pocos minutos. El calentamiento aumenta la frecuencia cardíaca, la temperatura corporal y la respuesta del músculo a los estímulos, preparando al cuerpo para la acción.
El ejercicio que elijas para practicar tiene que ser acorde a tu edad y condición física. Si tienes problemas en las rodillas o espalda, debes evitar sobrecargar esa zona con movimientos que podrían empeorar tu estado. Si sientes mareos o fatiga excesiva durante la ejecución del ejercicio, suspéndelo inmediatamente y consulta a un médico. Minimizar estos síntomas te pueden llevar a un problema mayor.
En el caso que hayas tenido una lesión en alguna articulación, y ésta no esté suficientemente rehabilitada, es decir que presenta debilidad muscular e inestabilidad, lo más conveniente es protegerla con un vendaje o soporte anatómico adecuado.
El calzado debe ser cómodo y amplio, los dedos deben estar desplegados y la punta de los mismos no tiene que llegar al tope de la zapatilla.
Si no descansaste lo suficiente la noche anterior, es preferible que realices la mitad del volumen habitual o la misma cantidad a una menor intensidad, recuerda que el esfuerzo tiene relación con el estado de condición diario y no con fijarse caprichosamente una meta representada por un número.

Evitar los errores más comunes que suelen cometer las personas en sus rutinas de entrenamiento, es el mejor camino para no fallar en tu acondicionamiento físico. 
El error más frecuente es la hidratación, tanto antes como durante y después del ejercicio. Si tienes sed, es porque ya estás deshidratándote. Si falta agua, el cuerpo mantendrá la grasa, como reserva energética, en vez de quemarla. 15 minutos antes de comenzar a ejercitarte es conveniente que tomes medio litro de agua. Luego durante y después del ejercicio, debes beber hasta saciar la sed. 
No entrar en calor ni estirar. Otro error usual por el apuro con que se vive y la poca ‘jerarquía’ que tiene el estiramiento y la entrada en calor en los planes de acondicionamiento físico. Se debe estirar antes y fundamentalmente después del ejercicio. Y se debe entrar en calor al inicio y realizar la misma actividad liviana al final para volver a la calma todos los sistemas. 
Distancia entre sesiones de entrenamiento muy prolongadas. El período de tiempo entre una sesión y la siguiente no tiene que exceder las 48 a 72 horas, y ésta última solo en caso de que se realice un entrenamiento de gran intensidad y volumen. 
Para las sesiones de acondicionamiento físico estándares, cada 48 horas hay que realizar un estímulo físico. Manteniendo en mente tu objetivo y no cometiendo estos errores tu programa de acondicionamiento físico puede dar un salto de calidad.